Christian González, el médico ecuatoriano imputado por la muerte de Francisco Albornoz, reveló detalles del plan que urdió junto al chef chileno José Baeza para deshacerse del cuerpo. Según su declaración, tras la muerte del joven farmacéutico, se dirigieron por la Ruta 5 Sur y quemaron su celular usando un tubo de papas fritas encendido a un costado de la carretera.
En su testimonio, González explicó que compró guantes y sogas en San Fernando por orden de Baeza, quien le pidió bajar por una quebrada para mover el cuerpo. El médico aseguró que descendió, pero se arrepintió y no ocultó el cadáver, reconociendo que Baeza también quemó pertenencias de la víctima con la bencina comprada.
Estos antecedentes se suman a la investigación por homicidio calificado contra ambos imputados. La Fiscalía sostiene que hubo un plan premeditado y coordinado, y los dos detenidos continúan en prisión preventiva mientras se desarrolla el proceso judicial.